Tuesday, February 14, 2006

ESTA ES MI HISTORIA (I PARTE)

Soy Tuor de Dor-lómin y esta es mi historia:
(Basada en los escritos de J.R.R. Tolkien)

Rían mi madre vivía con el pueblo de la Casa de Hador, a la que pertenecía mi padre Huor; cuando llegó a Dor-Lómin supo del rumor de la Nirnaeth Arnoediad y allí no tuvo noticias de mi
padre, por lo que empezó a desesperar y echó a andar sola por el descampado. Allí habría perecido si no hubiera sido por los Elfos Grises quienes acudieron a ayudarla, parte de ellos tenían su morada en las montañas al oeste del Lago Mithrim; y allí la condujeron y me dio a luz en el año 472 de la Primera Edad del Sol, justo antes que terminara el Año de la Lamentación.

Mi madre dijo a los Elfos que me llamaran Tuor, porque ése es el nombre que me dio mi padre antes de que la guerra se interpusiera entre ellos. También les pidió que me criaran y que me mantuvieran oculto, ya que preveía que mi destino sería ocasión de un gran bien tanto para los Elfos como para los Hombres.

Ella además señaló que todas esas recomendaciones se debían a que iría en busca de Huor. En ese entonces un tal Annael, el único de entre todos los de ese pueblo que había vuelto de la Nirnaeth, le dijo:
· Ay, señora, se ha sabido que Huor cayó junto a Húrin, su hermano; y yace, según creo, en el gran montón de muertos que los Orcos han levantado en el campo de batalla.

Por tanto mi madre se puso en camino y abandonó la morada de los Elfos y atravesó la tierra de Mithrim y llegó por fin a la Haudh-en-Nelengin en el yermo de Anfauglith, y allí se tendió y murió.

Los Elfos cuidaron de mi y crecí entre ellos; yo era blanco de cara y de cabellos dorados, como los parientes de mi padre, según me decían, y me hice fuerte, alto y valiente, y como había sido criado por los Elfos tenía conocimientos y habilidad semejantes a los de los príncipes de los Edain antes de que la ruina asolara el Norte.

Con el paso de los años, la vida de los habitantes de Hithlum que quedaban todavía, Elfos u Hombres, fue volviéndose más dura y peligrosa. Porque como se cuenta, Morgoth quebrantó la promesa que había hecho a los Hombres del Este, les negó las ricas tierras de Beleriand que habían codiciado, y llevó a este pueblo malvado a Hithlum y les ordenó morar allí. Y aunque ya no amaban a Morgoth, lo servían aún por miedo, y odiaban a todo el pueblo de los Elfos; y despreciaron al resto de mi casa, la Casa de Hador los cuales eran ancianos, mujeres y niños en su mayoría, y los oprimieron, y desposaron a las mujeres por la fuerza, tomando tierras y bienes, esclavizando a los niños. Los Orcos iban de un lado a otro por el país y perseguían a los Elfos demorados hasta las fortalezas de las montañas, y se llevaban a muchos cautivos a las minas de Angband para que trabajaran allí como esclavos de Morgoth.

Annael condujo a su pequeño pueblo a las cuevas de Androth, y allí tuvimos una vida dura y fatigosa. Cuando cumplí quince años fui hábil en el manejo de las armas, el hacha y el arco de los Elfos Grises. Mi corazón se enardeció al escuchar la historia de las penurias de mi gente y deseé ponerme en camino para vengarme de los Orcos y los Hombres del Este. Pero Annael me lo prohibió.

· Lejos de aquí, según creo, te aguarda la perdición, Tuor, hijo de Huor — me dijo—. Y esta tierra no se verá libre de la sombra de Morgoth en tanto la misma Thangorodrim no sea derribada. Por tanto, hemos resuelto abandonarla y partir hacia el sur; y tú vendrás con nosotros.
· Pero ¿cómo escapar a la red de nuestros enemigos? Porque sin duda la marcha de un número tan crecido no pasará inadvertida, le dije.
· No avanzaremos al descubierto —me dijo Annael—, y si la fortuna nos acompaña, llegaremos al camino secreto que llamamos Annon-in-Gelydh, la Puerta de los Noldor; porque fue construido por la sabiduría de ese pueblo, mucho tiempo atrás, en días de Turgon.

Al oír ese nombre me sobresalté, no se explicar por qué razón; extrañado por la rara sensación pregunté a Annael acerca de ese Noldo llamado Turgon.
· Es un hijo de Fingolfin —me explicó Annael— y es ahora considerado Alto Rey de los Noldor desde la caída de Fingon. Porque vive todavía, el más temido de los enemigos de Morgoth, y escapó de la ruina de la Nirnaeth cuando Húrin de Dor-Lómin y Huor, tu padre, defendieron tras él los pasos del Sirion.
· Entonces iré en busca de Turgon, porque sin duda me ayudará en consideración a mi padre, dije efusivamente.
· No podrás — me replicó Annael—. Porque la fortaleza de Turgon está oculta a los ojos de los Elfos y de los Hombres, y no sabemos dónde se encuentra. De entre los Noldor, quizá, algunos conocen el camino, pero nadie habla de eso. No obstante, si quieres hablar con ellos, acompáñame como te dije; porque en los puertos Lejanosdel Sur es posible que te topes con viajeros que vengan del Reino Escondido.

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