Ya llevo tres días en altamar, esto de escribir séme hace bien extraño, no era una costumbre que tenía, lo aprendí con los Noldor, ellos si llevan apuntes de muchas cosas importantes, sin embargo quiero hacer el ejercicio, de pronto algún día me pueda servir de algo.
Al amanecer intentó haber tormenta, las olas se agitaron bastante, temí que fuéramos a naufragar, puesto que los vientos que se cernían sobre nosotros presagiaban una gran tormenta… Idril estuvo un poco nerviosa pero su temple fue fuerte y no se dejó amilanar por la amenaza, se nota en ella esa fuerza que hace muchos años la empujó a cruzar el Helcaraxe, que magnifica elfa la que me he ganado, nuevamente le doy gracias a Eru por haberme deparado este destino, con ella siento haber alcanzado la felicidad.
Cuando empezaron a despuntar los primeros rayos de Anar en el este lo que parecía una tormenta cesó repentinamente, le doy gracias a Ulmo, se que tuvo que ver algo en esto, no creo que me haya incentivado a este viaje para hacerme perecer en medio del Belegaer.
El resto del día siguió apacible, quedó un fuerte viento soplando desde el este, si sigue así creo que alcanzaremos nuestro objetivo final, aunque aún no tengo bien claro que es, pero siento que en estos rumbos está, el mar es mi camino.